lunes, 7 de julio de 2014

No estas solo

Sufrí de bullying durante mi secundaria. Mi cuerpo no era como el de todos, no entraba dentro de lo 'normal'. Gorda, obesa. Algunas de las descripciones que recibía.
Me despertaba cada mañana queriendo estar en otro cuerpo, queriendo callar todas esas voces de mi interior y las que escuchaba también. Me costaba mucho ir a la escuela, apenas iniciaba el día ya recibía alguna agresión.
Estaba sola, no tenia amigos. Todos se alejaban de mi. Veía pasar a todos riendo, señalándome.
Solía quedarme sola encerrada en el baño, esperando que toque el timbre para entrar a clase.
Mis notas no eran buenas. No podía concentrarme, solo pensaba en salir de allí y estar en mi casa, lejos de todo ese mundo. Mis padres me reprimían por ello, pero no sabían el dolor que llevaba dentro. Nunca les dije, ellos no lo entenderían.
Probé medicinas, dejé de comer. Sufría. Muchas veces dudé en si tendría sentido seguir viviendo todo aquello. Mis muñecas estaban marcadas, cada noche lloraba. Quería ser como las demás, quería tener el cuerpo perfecto, quería dejar de ser aquel 'monstruo' del que todos se alejaban.
Un día los directores del colegio comenzaron una campaña en contra del bullying. Nos mostraron películas referido a ello y me sentí identificada y mucho más dolida al saber que todo aquello me estaba sucediendo a mi.
Busqué en Internet y encontré varias páginas donde diferentes personas acosadas contaban su historia.
Allí me dí cuenta que no estaba sola. Que a otros les pasaba lo mismo que a mi. Y que aquello podría tener otro final y no uno como el que me perturbaba siempre.
Me contacté con una joven que había sufrido algo parecido a lo mio. Y me sorprendió la confianza en si misma que tenia y aunque de apariencia no era como las demás chicas llevaba una belleza interna.
Me animó, me ayudó, me dijo varias cosas sobre mi que jamás nadie se había dado cuenta, ni siquiera yo.
De a poco me fui ganando mi propia confianza. Mi cuerpo ya no importaba y las opiniones de los demás tampoco. Me concentré en mis estudios y hablé con mis padres.
Se mostraron muy dolidos, y un poco enojados por no haberles dicho antes. En seguida hablaron con la escuela. En conjunto decidimos que sería mejor iniciar en un nuevo colegio, como volver a empezar. Quería tener una vida mejor, tenia ganas de vivirla.
Hoy me siento feliz, tengo amigos que me aceptan como soy, mis notas son bastante buenas. Mi autoestima se mantiene siempre bien. Tengo a mi mejor amiga, aquella amiga que estuvo allí para sacarme de aquel abismo. Mis padres me apoyan y tenemos una buena relación. Suelo llevar amigos a casa, reímos. Y a aquellas personas que me describían cruelmente, las perdono. Ya no llevo rencor con nadie, ni conmigo. Ellos cometieron errores, así como cualquiera los puede cometer. No estoy resentida, les deseo lo mejor. Ahora puedo decir que me siento aceptada por los demás. Pero mejor me siento al saber que yo misma me acepto. Soy quien soy. Si me tocó ser así enfrentaré la vida de esta manera y siempre va a haber gente que te juzgue que quiera tirarte abajo. Pero yo soy mucho más que ellos, yo pasé por mucho al punto de no querer seguir más. Y acá estoy y me siento totalmente agradecida a la vida por darme la oportunidad de disfrutar de todo esto. 
Soy feliz, soy realmente feliz.



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